En medio del intenso debate sobre la legalización del matrimonio gay en Estados Unidos, muchos pastores anunciaron que era sólo el primer paso de una ola de “cristianofobia” en los EE.UU., que durante siglos fue llamada una “nación cristiana”.
Una serie de casos ha surgido en los medios de comunicación, que muestra el enfrentamiento entre cristianos y activistas gays.
Reportajes recientes muestran la fuerza del activismo gay con el gobierno, una de ellas en el estado de Kentucky, donde los pastores que sirven como consejeros voluntarios en el departamento de la prisión tienen prohibido llamar “pecado” al comportamiento homosexual de los transgéneros. Los que no quieran someterse a las nuevas reglas, no pueden realizar este tipo de trabajo en las agencias estatales.
El caso terminó en los tribunales después de que el pastor David Wells fue desligado del marco de administración de una institución de internos de jóvenes delincuentes.
En su defensa, la ONG jurídica cristiana Liberty Counsel alega que “quitarle la Biblia a un pastor es quitarle el bisturí de las manos a un cirujano. Sin ella, no pueden traer sanidad”.
Wells trabajó durante más de 10 años en el ministerio de la prisión que mantiene la Iglesia Bautista de Pleasant View. A él el gobierno le prohibió continuar con su trabajo el 7 de julio. La justificación del gobierno es que se negó a cumplir con una ordenanza como no criticar los “estilos de vida sexuales alternativos” porque es “despectivo”, “tendencioso” y constituye un “discurso de odio”.
En su defensa, el ministro explicó que ninguno de los jóvenes delincuentes era obligado a asistir a servicios o para hablar con él y otros voluntarios.
Casos similares se han producido en los estados de California, Oregon y Nueva Jersey, allí las autoridades están prohibiendo las sesiones de asesoramiento que tratan de disuadir a los jóvenes que se sienten atraídos por personas del mismo sexo.
Igual situación enfrentan los capellanes, donde el activista Mikey Weinstein, presidente de la Fundación Ejército Libre de Religión, presentó una demanda contra el comando militar de Estados Unidos.
Su deseo es que todos los capellanes que se oponen a la homosexualidad sean despedidos de sus cargos, de no hacerlo, serían contrarios a una orden del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Barack Obama, es un activo defensor de la causa LGBT.
En una carta publicada por el sitio WND, Weinstein argumenta que “la única cosa honorable que estos perdedores pueden hacer es doblar sus uniformes, entregar sus papeles y dejar la capellanía militar estadounidense. Si no están dispuestos o son demasiado cobardes para hacerlo, el Departamento de Defensa debe limpiar rápidamente esta inmundicia intolerante que insiste en pertenecer a las filas de nuestras fuerzas armadas”, resalta el comunicado.
Aunque el Departamento de Justicia no se ha pronunciado oficialmente sobre el tema, la tendencia es poner fin eventualmente a las acciones de los cristianos. Después de todo, Weinstein, quien es un coronel retirado del Ejército, es parte de un consejo dentro del Pentágono que analiza los casos de libertad religiosa.
En una entrevista con The Washington Post dijo que los cristianos dentro del ejército son una amenaza para la seguridad nacional.
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