Ciudad del vaticano.-
El primer juicio por presunta pederastia contra un antiguo obispo en el
Vaticano ha comenzado hoy con una silla vacía, la del propio imputado,
el exnuncio en República Dominicana Jozef Wesolowski, que tuvo que ser
hospitalizado ayer.
La celebración de este proceso contra el
exprelado estuvo rodeada de una gran expectación mediática y el
Vaticano se aseguró de que no se introdujeran aparatos electrónicos de
ningún tipo en el aula con los que poder registrar el debate.
Por eso pidió a los periodistas
acreditados que se deshicieran de sus pertenencias antes de entrar, a
excepción de un cuaderno y un sencillo bolígrafo repartido por los
funcionarios vaticanos tras pasar el control de seguridad.
El juicio se celebró en la Oficina
Judicial, en la planta baja del Tribunal Vaticano, un edificio ubicado a
escasos metros del ábside de la basílica de San Pedro y de la Casa
Santa Marta, la residencia del papa, quien se encuentra a miles de
kilómetros de distancia a punto de concluir un viaje pastoral por
América Latina.
Se trata de un aula austera, presidida
por un crucifijo e iluminada por cuatro grandes lámparas de metal que,
en sus poco más de cincuenta metros cuadrados, albergaba dos sólidas
mesas de madera oscura y un estrado similar donde se sentaron los
jueces, los fiscales y el secretario.
En sus muros de color amarillento además
de un par de ventanas con cortinas blancas solo había una fotografía
del papa argentino y un busto de Pio XI, suscriptor de los Pactos de
Letrán (1929) con los que la Santa Sede obtuvo el estatus de Estado
soberano.
El sonido metálico de una campana
anunció la entrada en la estancia de los jueces: el presidente, Giuseppe
dalla Torre, y sus adjuntos, Piero Antonio Bonnet y Paolo Papanti
Pelletier.
A su llegada la sala se alzó en señal de
respeto y el secretario comenzó a enumerar los cinco delitos atribuidos
al exnuncio polaco: aberraciones como abusos continuados a menores y
posesión de una "ingente cantidad" de material pedopornográfico en dos
ordenadores de su propiedad.
La audiencia, que comenzó a las 09.32
hora local (07.32 GMT), duró alrededor de seis minutos y durante su
transcurso destacó la silla vacía en la que debía sentarse el acusado,
también de madera y situada en el centro del estrado a un escaso metro
de distancia aproximadamente de los acusadores y del Tribunal
eclesiástico.
Wesolowski, que el próximo miércoles
cumplirá 67 años, tuvo que ser hospitalizado durante la tarde del sábado
por un problema de salud que el Vaticano no ha querido precisar por
respeto a su intimidad.
El rumor que apuntaba a la ausencia del
polaco en el juicio parecía confirmarse mientras los periodistas
cruzaban la plaza de San Pedro en dirección al Tribunal, si bien no se
confirmó hasta que accedieron al aula.
El acusado permaneció en la República
Dominicana desde 2008 hasta 2013 y, tras ser llamado a Roma, sufrió un
proceso canónico que le supuso la mayor pena prevista: la expulsión del
sacerdocio.
Recurrió esta sentencia pero ahora afronta este nuevo proceso de naturaleza penal y que le podría suponer la cárcel.
De cara a este juicio, el papa Francisco
tomó una decisión sin precedentes y el pasado septiembre decidió
someterle al arresto domiciliario para evitar la hipotética
contaminación de pruebas o, incluso, su huida.
En aquella ocasión su delicado estado de
salud hizo que las autoridades vaticanas levantaran la mano y le
permitieran cierta libertad de movimientos sin sobrepasar, eso sí, los
confines del pequeño Estado.
Desde entonces, según explicaron hoy en
el juicio, Wesolowski reside en la habitación número 5 del Colegio de
Penitenciarios, anexa al Tribunal.
El promotor de justicia (fiscal), Gian
Piero Milano, encargado de investigar los hechos, fue quien anunció la
hospitalización del exarzobispo y entregó al presidente del Tribunal
unos documentos que así lo atestiguaron.
Su abogado defensor, Antonello Blasi, lo corroboró y subrayó que su cliente tenía la voluntad de acudir a la audiencia.
Ambos pidieron posponer la vista y la
solicitud fue aceptada por Dalla Torre, que retrasó su celebración a una
fecha aún por determinar.
Será entonces cuando se retome el
proceso y se estudien los delitos que se le atribuyen, presuntamente
cometidos tanto en la isla caribeña como en Roma. EFE
Sign up here with your email